Hola, soy Cecilia, docente de alma.
Profesora en Educ. de sordos y maestra de Artes Visuales, tengo la fortuna de ejercer ambas profesiones en una misma institución.
Nací en el seno de una familia donde el arte jugó un papel primordial, donde mi abuela me enseñó a sentirme hechizada por la magia de crear, a disfrutar de esos momentos de conexión conmigo misma y con el afuera, ya sea a traves de la pintura, de la cerámica, del tejido o de la cocina.
Así que desarrolle habilidades manuales para hacer lo que fuere que me propusiese inventar, desarrollar, probar, experimentar.
Y aquí viene mi primer contacto con el merengue, cuando creí que mi camino ya estaba signado en mi profesión, y que amo tanto como hacer merengues.
En el verano 2019, comienzo a ser usuaria de instagram y allí veo por primera vez los merengues 3D y me enamoré a primera vista y me dije “tenes que aprender a hacerlos”. Primero empecé a experimentar, a probar recetas y formas hasta que encontré a alguien que me enseño a hacerlos en un curso on line y rápidamente fui ampliando mi conocimiento sobre el merengue y desarrollando las posibilidades que me ofrecía ese material, experimentando la emoción de crear como el principio de un desafío hasta dónde puedo llegar.
Cuando abro una cuenta en instagram, sólo lo hice para mí , para poner lo que iba logrando . Familia y amigos me decían que debía ofrecerlos a la venta en un combo de pastelería, para que sacara algún rédito o ganara plata de algo extra que no era la escuela.
Dije que no, que solo haría merengues, no buscaba con ellos la ganancia de nada, solo la satisfacción de hacer algo que me encantaba hacer. La magia funcionaba para mí. Fines de semana o cualquier momento que se podía aprovecha r para hacerlos eran el momento más deseado.
Si ven mi feed desde el incio, comprobarán a través de las fotos, mi crecimiento.
Nunca imaginé que eso que estaba haciendo pudiese convocar o atraer la mirada de otras personas y a pedirme que les hiciera merengues. La verdad que escuchar cada pedido, también fue un desafío, debía materializar el amor que sentimos por nuestros seres queridos, transmitirlo en un merengue.
Y empezaron a preguntarme si enseñaba a hacer merengues…