Escuchando sus ideas, gustos y lo que necesita además de conocer a quien se quiere agasajar, para poder ir definiendo la materialización de ESE merengue.

Para ello es necesario la escucha atenta con el oído del corazón, para que puedas captar que quiere transmitirte, que quiere decir y con la magnitud exacta del sentimiento profundo que hay detrás de cada emoción para poder plasmarlo en un merengue.

Al dejar que el corazón escuche, nos mezclamos con el otro, podemos percibir la dimensión de esa energía, aun si no me lo está diciendo en palabras.

Y es allí que empezamos a construir, edificar, materializar el Amor, es allí cuando empieza la magia, cuando somos vehículos, canales vivientes para transmitir energías sublimes.